
universciencia - año 20 - núm. 60 - 2022 - issn 1665-6830
INTRODUCCIÓN
La situación por COVID-19 ha obligado a 200 países
al cierre parcial o total de los centros educativos,
de manera que cerca de 1,600 millones de niños,
adolescentes y jóvenes están siendo afectados por el
connamiento; de igual forma, más de 60 millones
de docentes enfrentan un cambio radical y abrupto
en la manera en la que imparten sus clases en la
modalidad a distancia (IESALC-UNESCO, 2020).
En este sentido, las instituciones educativas y los
alumnos tuvieron que adecuarse a la modalidad
de educación a distancia sin la oportunidad de
prepararse; por ello, realizaron ajustes pedagógicos
tomando en cuenta las necesidades del alumnado
a n de promover el apoyo a los estudiantes con
discapacidad o en situaciones de desigualdad.
De esta forma, en México, la Secretaría
de Educación Pública impulsó el programa
“Aprende en casa II - aprendizaje a distancia” con
el cual los alumnos podían seguir por televisión
contenido académico del ciclo escolar 2020-2021.
La nalidad de este proyecto fue apoyar a los
docentes en el proceso de enseñanza-aprendizaje
a distancia en aulas virtuales. La idea central en el
proceso inclusivo, según la UNESCO (2007), es el
reconocimiento de todas las personas que tienen
habilidades, potencialidades y necesidades propias
que demandan respuestas y acciones diversas para
garantizar su participación en la sociedad con
igualdad de condiciones.
Por ello, la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económicos (OCDE, 2020; OCDE
2021), y la Ley General de Educación, en el Artículo
2º, refuerzan el derecho de que todo individuo tiene
para recibir educación, señalando que el enfoque
de la Reforma Integral de Educación Básica está
orientado a la diversidad, puesto que se busca
establecer estándares comunes para la obtención
de resultados esperados de aprendizaje a partir del
desarrollo de adaptaciones locales, esto de acuerdo
con los antecedentes, necesidades y contexto de los
alumnos (Santiago et al., 2012).
Este cambio de paradigma implica trabajar
con todo el alumnado sin importar condición racial,
socioeconómica, lengua, orientación, religión,
etcétera, y no solo con las capacidades diferentes;
tan solo en México, se calculaba que, en educación
básica, para el año 2010, había 150 mil niños con
discapacidad en centros de educación especial y un
número similar en escuelas inclusivas, además, que
2 millones de alumnos que no estaban integrados
en el sistema educativo (INEGI, 2010)
Aunado a ello, la necesidad de migrar la
educación a la modalidad a distancia debido a
la pandemia originada por el SARS COVID 19,
evidenció las brechas económicas y agregó gastos a
las familias, por ejemplo, el 28.6% compró teléfonos
inteligentes, 26.4% contrató servicio de internet
jo y 20.9% adquirió mobiliario para el estudio;
además, 25.3% rerió que durante el ciclo escolar
alguno de sus padres o tutores perdió su empleo,
y el 21.9% de los estudiantes no tuvo acceso a
una computadora, otros dispositivo o conexión
de internet. Finalmente, de los 26.8 millones de
alumnos inscritos en educación primaria, 74.6%
compartió aparatos o dispositivos electrónicos
que usaron principalmente para sus actividades
escolares o clases a distancia con otras personas de
la vivienda (INEGI, 2021).
Tomando en cuentas las condiciones
anteriores, es importante conocer y analizar la
experiencia de los docentes que impartieron clases
en este periodo escolar, esto permitirá identicar las
necesidades y áreas de oportunidad en el contexto
en el que se desempeñan, al mismo tiempo que
18