
universciencia - año 20 - núm. 60 - 2022 - issn 1665-6830
explicaciones sobre la forma en que el estado
inuye sobre la pobreza. Desde las ciencias
sociales, se han desarrollado tres grandes corrientes
de pensamiento que explican dicho fenómeno.
En primer lugar, se ubica a los marxistas, ellos
señalan que el sistema económico capitalista es
un sistema explotador del hombre por el hombre,
injusto y desigual por naturaleza, generador de
pobreza, por lo que no hay política pública dentro
del capitalismo capaz de erradicarla (Marx, 2010;
Lenin, 1965; Luxemburgo, 1964; Mandel, 1986;
Amin, 2003); esta corriente del pensamiento
tiene mucha actualidad y explica el surgimiento y
mantenimiento de gobiernos latinoamericanos y
del caribe con estadistas como Fidel Castro, Hugo
Chávez, Evo Morales, etc., quienes buscaban crear
un sistema alternativo al sistema capitalista y, a su
vez, alternativo al socialismo realmente existente en
la segunda mitad del siglo XX.
En segundo lugar, está otro grupo que se
desenvuelve en el otro extremo —el liberalismo
económico— y que señala que el sistema económico
capitalista es el único que garantiza progreso, paz
social, alternativas para todos. Aquí el estado debe
abstenerse de intervenir en la economía y su función
se debe reducir a la vigilancia y creación de nuevas
leyes para el funcionamiento del libre mercado. Si
la pobreza tiene una explicación, ellos se la atañen a
un estado interventor o totalitarista. (Hayek, 1950;
Friedman & Friedman, 1983; Fukuyama, 1998; De
Soto, 2001), y en este grupo también se encuentran
los neo institucionalistas (Williamson, 1994) y
otros. Cabe señalar que sobre esta teoría surgieron
todos los gobiernos neoliberales de México y del
continente.
Finalmente, está un tercer grupo que señalan
que el mercado es imperfecto, que no es el mejor
asignador de recursos, pero que el papel del estado
puede intervenir en la economía para hacer más
eciente el sistema de mercado, son partidarios de
un estado de bienestar en donde éste garantice el
acceso universal a los principales servicios públicos
como salud, educación, cultura, entre otros. (Keynes
J., 1997; Robinson, 1960; Kaldor, 1961; Krugman,
1994; Stiglitz E, 2000), sobre esta poderosa teoría
se pueden contemplar gobiernos de la talla de Lula
Da Silva, Nertor Kirchner, Cristina Fernández,
López Obrador, entre otros.
Entre estas tres grandes corrientes del
pensamiento se desarrolla un amplio abanico
de escuelas del pensamiento del orden político y
económico. El debate alrededor de la pobreza ha
propiciado las más variadas acciones y sucesos
reales, desde revoluciones políticas y sociales,
hasta programas de lo más diversos de política
pública, que han congurado el mundo a lo largo
de la historia y, sobre todo, los últimos treinta
años, con poco o mucho éxito en la búsqueda de la
erradicación de la pobreza.
La reexión es oportuna, debido a que en
los tiempos actuales se vive en un contexto de
crisis sanitaria que ha implicado el cese parcial de
actividades económicas con la consecuente crisis
de empleo. La pobreza aumentará y es necesario
aplicar políticas más claras de parte del estado
cuyos resultados efectivamente lleven a paliar la
pobreza de manera signicativa. Los resultados de
esta investigación, junto con otras analizadas aquí,
sugieren un cambio radical en el caso de México
para que el gasto público si inuya de manera
signicativa en la reducción de la pobreza, por lo
que, se deben aplicar políticas públicas que reviertan
ese fenómeno secular, y por lo tanto, también hace
falta cambiar la visión de lo que se necesita hacer
para el momento presente.
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