Resumen

El presente artículo pretende generar reflexiones en torno a lo que podría ser considerado como el constructo “teoría”, en seguida de cómo se concibe a lo “social”, desde autores como Ortiz (2012) y Alexander (1992), para después hacer referencia al significado que tiene la sociedad en la teoría social. Teoría en la que es visible identificar el denominador: individuo y sociedad. Sin embargo, este trabajo abordará a la sociedad, dejando al individuo para otro momento. Dicho esto, se enfatizará brevemente en qué es la sociedad, a mano de autores como Durkheim (1985), Popper (1957), Spencer (1996), Bauman (2004) y Luhmann (2007), para comprender su papel en la teoría social.

Palabras clave:

Sociedad, Teoría y Teoría social.

Abstract

This paper aims to generate reflections on what could be considered as the “theory” construct, followed by how the “social” is conceived from authors such as Ortiz (2012) and Alexander (1992), and then refer to Meaning that society has in social

  1. Universidad Autónoma de Tlaxcala, mmcorse9@gmail.com

¿qué es la sociedad

María Mercedes

Corona Serrano¹

en la teoría social?

universciencia

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theory. Theory in which it is visible to identify the denominator; Individual and society. However, in this paper we will approach society, leaving the individual for another time. Having said that, we will briefly emphasize what society is at the hand of authors such as Durkheim (1985), Popper (1957), Spencer (1996), Bauman (2004) and Luhmann (2007) to understand their role in social theory.

Keywords:

Society, Theory and Social Theory.

Fecha de recepción: 17-mayo-2017

Fecha de aceptación: 1-junio-2017

La cara poliédrica de la teoría

La teoría en sí misma puede ser poliédrica, pues ofrece diferentes caras según desde la ciencia o disciplina que se mire, y es que es la misma ciencia la que le brinda tal don. En este sentido, la teoría desde lo social puede considerarse como intentos de explicar y/o interpretar conscientemente la lógica de las agencias de los individuos, sus acciones, la toma de decisiones, sus ubicaciones y sus trayectorias causales en el tiempo, con respecto a sus interacciones en la sociedad.

Mientras que la teoría también puede comprenderse a partir de lo que Alexander menciona: “La teoría es una propuesta que es realizada por una o más personas. Al estudiar a la teoría, no se examinan abstracciones flotantes, sino obras de personas” (1992: p. 11), que permiten dar explicación a la realidad; por lo tanto, la explicación de la realidad es un constructo que hacen las personas, las cuales están insertas en una sociedad y que es matizado por el contexto de lo que se puede llamar realidad. En otras palabras: la realidad, desde una posición materialista, se objetiva en la medida en la que las personas tratan de explicarla, a través de teorías.

Pese a que las “teorías son las que estructuran la realidad –los datos o “hechos”– que estudian los científicos” (Alexander, 1992, p. 13), el principal problema puede ser pensar que ésta se induce a partir de datos empíricos, convirtiendo a la inducción en un problema. Empero, lo que debe quedar claro es que las teorías son “generadas tanto por los procesos no facticos o no empíricos que proceden al contacto científico con el mundo real como por la estructura de este mundo real” (Alexander, 1992, p. 15), teniendo con ello una doble relación.

Por su parte, Ortiz (2012) induce a pensar lo social como un todo formado por diferentes componentes de una sociedad, cuya interacción concentrada genera un orden superior que trasciende las características de los diferentes componentes individuales involucrados.

En este tenor, el estudio de la teoría social surge principalmente después de la primera guerra mundial, en donde surgen diversas tradiciones y pugnas, que van desde los paradigmas tradicionales conservadores, liberales y radicales, por modelos como el sistema en funcionamiento, el sistema fisiológico o el sistema mecánico de un motor de combustión interna, o los que encuentran a una sociedad compuesta por instituciones separadas. Sin embargo, también existieron los de orden metodológico, en donde la tradicional pugna cualitativa y cuantitativa se hacía presente, así como las de equilibrio o conflicto. Al ser la vinculación con lo empírico, el principal objetivo de estas teorías, es lo que Alexander (1992) llama el nivel de las presuposiciones. Así, la teoría social se inserta en un continuum de tensiones que se consolidaría con la decadencia de Europa y el levantamiento de Norteamérica, como el escenario donde se tejerían y buscarían unir, las configuraciones y pugnas desarrolladas en el tránsito de la teoría social.

En este sentido, la teoría social, como un avance importante para comprender y explicar la realidad de la sociedad, es compleja a un plano integral, más que en el discurso, pues permite entrever en un principio cómo es que se comienza una travesía inteligible apegada a la realidad (Szostak, 2003). La teoría social comienza ubicándose en una sociedad que interactúa simbólicamente con valores, orientaciones normativas, motivacionales y de orden en la mutualidad, los cuales son a su vez orientaciones de valor en una tradición cultural.

Ahora bien, una vez tomando en cuenta la ubicación de la teoría social, ésta se comprende en los valores en una sociedad, las cuales son una serie de normas que un grupo social crea y que esperan que sean respetadas por todos quienes se encuentran en ese grupo, y por los que lleguen a él, lo cual es sumamente importante cuando se parte del supuesto de que hay hombres que actúan a favor y en contra unos de otros.

Cabe mencionar que los individuos están permeados intrínsecamente en lo sensitivo. En este sentido, los individuos se guían, por un lado por lo normativo, y por el otro, de las sensaciones (lo sensitivo), lo que causa que tengan un papel en lo social, y éste, a su vez, ocasiona expectaciones compartidas que promueven las instituciones con papeles graduados (Wright, 2010).

Por lo anterior es como emerge el orden, equilibrio y control social, lo cual es objeto de estudio en las ciencias sociales, ya que pretenden comprender qué, cómo, quién, cuándo, dónde y por qué se dan las conexiones de los individuos, y en este sentido, la teoría es causa del tipo de observación y pensamiento del investigador social (es decir, en este caso, el sociólogo), el cual viaja entre lo abstracto y lo concreto. El sociólogo realiza estudios de los individuos, tomando en cuenta a la sociedad, lo institucional y lo moral; de dichos estudios emerge la teoría social.

Derivado de lo ya dicho anteriormente, se podría afirmar que la teoría social puede ser vista como gran teoría, la cual entonces tiene incumbencia en responder desde diferentes ópticas que fuerza mantiene unida a la estructura social, cabe señalar que lo “grande”, no se le atribuye a la teoría social por un papel universal en lo que respecta a estudios sociales, más bien, es por su sentido diverso en cuanto a que puede lograr clarificar el entramado de la sociedad.

Discusiones sobre el significado la sociedad

Los estudios estructuralistas, funcionalistas, marxistas, culturistas y neoevolucionistas (Ortiz, 2012), fueron los impulsores de la tendencia a la discusión sobre el orden de la sociedad, cercana a lo que podría denominarse, mediante una analogía, como una “abstracción fotográfica”, en donde los actores tienen un rol que permanece inmóvil, y de donde se pueden generar evidencias de orden; sin embargo, el caos presente en el fluir de la sociedad está excluido de esta analogía.

Los estudios que han mirado a la sociedad desde sus partes individuales, como las procesualistas, del conflicto, de lo crítico y del progreso, han tenido detractores en los orígenes de la teoría social y aún hoy en día. La razón de esto es debido a que la corriente sociológica tradicional, se centra en discusiones sobre lo general, siendo lo particular desdeñado por esta pretensión. Tal como lo apunta Durkheim (1985), al referirse a la necesidad del quehacer sociológico en mirar los aspectos generales por encima de los individuales:

Por lo tanto, cuando el sociólogo se propone explorar un orden cualquiera de hechos sociales, debe esforzarse por considerarlos bajo un aspecto en el que se presenten aislados de sus manifestaciones individuales (p. 89).

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Ahora bien, esta acción se puede explicar a partir de la tendencia e influencia de las ciencias naturales, por la construcción de elementos de objetividad, pretendiendo encontrar las leyes que regulan el comportamiento de los actores sociales. Sin embargo, ¿es aceptable el ejercicio que pretende encontrar determinismo en la sociedad? En respuesta a esta cuestión, la postura que se maneja es en términos de una dialéctica y dialógica entre sincronía, diacronía y un producto mixto, donde no hay una preferencia por encima de la otra, sino una integración.

Por su parte, Popper (1957) concibe a la sociedad en dos sentidos: por un lado a la sociedad abierta, que es aquella construcción en la que los individuos adoptan decisiones personales, con el fin de elevarse socialmente a través de un escalamiento; es decir, de ocupar el lugar de otros individuos socialmente posicionados.

Tal hecho puede verse con la lucha de clases, cosa que no ve en ningún organismo. Por ejemplo, las células compiten por alimento pero nunca por ocupar el lugar de otras células (no se ve que los brazos quieran ocular el lugar del cerebro). La sociedad abierta, entonces podría denominarse como un constructo abstracto, y por abstracto se hace referencia a la pérdida del carácter de grupo concreto en el que hay contacto vis a vis que se suprime por las relaciones despersonalizadas.

Por otro lado a la sociedad cerrada, como una construcción colectivista que los individuos brindan en un sentido tribal. Esta sociedad puede ser considerada de igual forma como una unidad semiorgánica, cuyos miembros se hallan ligados por vínculos semibiológicos, como: el parentesco, la convivencia, el trabajo, la participación equitativa, entre otros. En este sentido, la sociedad cerrada sería un grupo concreto de individuos concretos, relacionados unos con otros, por medio de abstractos vínculos sociales; por último, en este tipo

de sociedad, Popper (1957) señala que no es extraño ver esclavitud, y más aún que ese hecho no cause ruido, pues es un problema fundamentalmente visto en metáfora, como los animales domésticos, lo cual es sorprendentemente cierto.

Una vez recalcada la distinción que Popper hace, en la actualidad tal parece que se está sumergido en una sociedad abierta, en la que a pesar de haber mayor cantidad de individuos con los que de alguna manera se interacciona, eso no implica una relación directa.

La sociedad abierta se caracteriza por esa despersonalización, en la que hoy las redes sociales e internet, por ejemplo, brindan cada día. Sin embargo, concebirse en una sociedad totalmente abierta, sería por de más atrevido, ya que como en la sociedad cerrada, en la sociedad abierta el ser humano biológicamente casi no ha cambiado, sigue teniendo necesidades biológicas, prácticamente iguales, que han de ser satisfechas, y en ese punto, se considera que podría emerger una sociedad semiabierta o cuasiabierta, en contraposición de una semicerrada o cuasicerrada, según sea el caso.

Mientras, Spencer (1996) menciona que sociedad no es más que un nombre colectivo para referirse a cierto número de individuos. Llevando la controversia al terreno entre nominalismo y realismo, un nominalista podría afirmar que lo único existente son los miembros como individuos que componen la sociedad; es decir, que la sociedad existe en la medida en que sus miembros, al relacionarse, la abstraen. La sociedad por sí sola no existe, y por ende no es permanente, así también los individuos de una sociedad serían lo único que existiese y los únicos que podrían apelar a lo permanente, en tanto se relacionen entre sí. Es la permanencia de las relaciones entre los miembros que la componen, lo que constituye la individualidad del conjunto como diferente de la individualidad de sus partes (Spencer, 1996).

Es razonable considerar a la sociedad como una entidad o una cosa, porque aunque formada de miembros, la permanencia de las relaciones que tienen lugar entre ellas, implica una cierta condición de conjunto concreto del agregado que forman.

Es abstracta en la medida en que existe por los individuos, pero es concreta a la vez que estos individuos lo son. Para lo cual, cuando se habla de la sociedad como objeto, se mira desde lo que Spencer (1996) llama paralelismo de los principios articuladores, que es la semejanza entre objetos, en cuanto a la observación y la permanencia de la relación entre sus partes (en el caso de la sociedad: miembros).

Siguiendo con la concepción de sociedad, ésta puede ser entendida como una metáfora, puesto que la existencia de un entramado de personas que interactúan y se relacionan en diferentes campos sociales imaginados, son aquel pretendido fin de estudio de muchos hombres y de sus disciplinas. Al respecto, Bauman (2004) coincide con este planteamiento y afirma que su objeto de estudio, es decir la sociedad, “fue desde el principio y abiertamente, una entidad imaginada”.

Así, la separación de los individuos impone la conformación de una red, en donde el cambio es constante, y de esta manera, la reflexión de los procesos de corta o inmediata duración, debe ejecutarse constantemente, ya que tanto en un instante como en otro, es posible perderlo todo, pues la incertidumbre es una condición/expresión que impera en las relaciones sociales actuales (Szostak, 2003).

Con respecto a lo anterior, hablar de sociedad implica entre otras cosas, voltear a ver a la teoría sociológica, la cual tienen ciertos debates abiertos con respecto a lo que es la sociedad; ante esto, se encuentran diversos autores que la abordan desde una concepción abstracta y otra concreta.

Al respecto, Luhmann (2007) aborda a la ambigüedad de la sociedad y la expresa a partir de los obstáculos expresados en cuatro supuestos, los cuales son:

A partir de estos supuestos, son notorias dos problemáticas: por un lado, la de la ambigüedad; y por el otro, la de autorreferencia, puesto que generar discusiones en torno a la noción de sociedad, es discutir sobre los sujetos que la construyen y las diferentes corrientes teóricas a las que hace referencia, así como el reconocer a este ejercicio como parte de esa sociedad que intenta abstraerse, lo que implica una doble abstracción: la de la sociedad y la del sujeto que se abstrae, como miembro de ésta.

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Con las concepciones de los autores ya citados, que sociedad se concibe tanto en lo concreto como en lo abstracto. En este tenor, la sociedad puede ser un objeto tal como lo menciona Sepencer, y como objeto tiene la cualidad de poder ser observado (en dos puntos; en lo concreto o abstracto) y en consecuencia teorizarlo, y en este caso la teorización la realiza la teoría social, la cual se ocupa del estudio de lo social y lo social es una construcción de complementos de la sociedad, por ende, la sociedad para la teoría social es vista como un objeto de estudio amplio y extenso tanto en lo abstracto como en lo concreto.

Breves reflexiones finales

A este punto, y como cierre no sería extraño preguntarse y dudar sobre la existencia de la sociedad. La cual existe y no en sus diferentes planos o dimensiones. Tanto se puede estar y no estar en una sociedad que en sí existe y no y la cual se teoriza en esos dos planos, esto desde lo que plantea Popper con sociedad cerrada y Bauman con la sociedad imaginada.

De esta manera, se cierra mencionando que para discutir la noción de sociedad, tanto existe el plano de lo concreto como el de lo abstracto, mientras que también están presentes aquellos autores que miran a la sociedad en las interacciones y relaciones dentro de la cotidianidad. Así la posición ontológica respecto a lo que es la sociedad se podría definir de la siguiente forma:

Es un constructo abstracto que concibe a los individuos tanto construidos como constructores a partir de una dialógica con el contexto temporal-espacial donde se encuentran en constante interacción-relación desde donde se elabora una autoidentidad que es tensionada por elementos externos e internos, cuyo origen es constituido en lo concreto por los sujetos que integran al grupo de origen.

La visión aludida sobre la sociedad, no solo acerca a estudiar lo social a partir de discusiones teóricas que intentan trascender el plano de las relaciones observables, donde las teorías buscan conectar fenómenos con un orden interconectado con sus leyes (Ortiz, 2012), sino que se opta por generar una integración de éstas, con las que abordan la cotidianidad, sus procesos y caoticidad.

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Alexander, J., (1992). Capítulo I. Qué es la teoría. En Alexander J., Las teorías sociológicas desde la segunda guerra mundial, análisis multidimensional. España: Gedisa.

Bauman, Z., (2004). La sociedad sitiada. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Durkheim, E. (1985). Las reglas del método sociológico. México: Ed. Premia.

Luhmann, N. (2007). La sociedad de la sociedad. México: Universidad Iberoamericana A.C.

Ortiz Báez, P. (2012). Conocimientos campesinos y prácticas agrícolas en el centro de México. Pasos hacia una ecología del saber tradicional en México. México: Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa.

Popper, K. (1957). La sociedad abierta y sus enemigos. Barcelona: Paidós.

Spencer, H. (1996). ¿Qué es una sociedad?, Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/1131147.pdf

Szostak, R. (2003). Classifying Natural and Social Scientific Theories, Current sociology, 51, (27), 27-49.

Wright, M. (2010). La gran teoría, en La imaginación sociológica. México: FCE.

REFERENCIAS

BIBLIOGRÁFICAS